Ayer le escribí a la profesora de Inglés que tuve en la escuela.
Una compañera (y mi única amiga) siempre me veía llorar, ya sin saber qué hacer me preguntó "en serio, ¿qué te pasa?" pero las palabras no me salían. Agarré mi celular y entré a notas, escribí sin pensarlo mucho "no es fácil pasar por un abuso", se lo mostré y se hizo un silencio incómodo. Yo no hablaba.
-Qué fuerte -dijo rompiendo el silencio- quién fue?
-Mi papá. -dije sin verla a los ojos.
-Hace mucho?
-Tenía 4 años, no lo veo hace unos meses pero hasta hace poco.
Entendió todo. Me abrazó y justo llegó el profesor de geografía. Dio un trabajo grupal y ella, como si nada y tratándome con total normalidad me dijo "puedo hacerlo con Mica? Dale, profe". No me veía distinto ni con lástima. Agradecía haberle contado.
La charla no terminó ahí, de hecho llegó a oídos de una profesora, a quien le dije la verdad.
Ayer volví a escribirle a mi profesora de Inglés. Le pregunté cómo fue vivir todo desde su perspectiva.
"Mi nombre es Cecilia. Conocí a Mica cuando fue alumna mía en 4to año de la escuela secundaria. Una excelente alumna y persona. Recuerdo que un día estaba conversando muy angustiada con dos amigas en el aula y una de ellas me llama y me cuenta lo que le había pasado a Mica. Enseguida le pregunto:
-Quién fue?
-Mi papá (o progenitor como decidió llamarlo después) -me respondió y agregó- pero no diga nada, profe, me da mucha vergüenza.
Me quedé shockeada durante dos días pensando cómo la podía ayudar respetando sus tiempos, sus emociones y su intimidad. Al tercer día, con mucha discreción, hablé con la tutora del curso. Enseguida ella habló con el director y los procesos se aceleraron. La escuela hizo la denuncia pertinente en la comisaría. Luego la citación, cámara gessel, etc... Hasta llegar a la televisión y medios. ¿Qué pasó? ¡¡Quedó todo en la nada!! Desde entonces, la sigo en las redes y me alegra ver su progreso, su lucha y su valentía por haber hablado y dar a conocer su caso".
El mensaje por WhatsApp de la profesora cierra con este pedido:
"Por favor, si saben de situaciones de abuso (cualquier tipo) no duden en denunciar, ya que pueden estar ayudando a muchas víctimas como Mica".
Ella me escuchó desde el principio. Me lee hasta ahora años después. Nunca dejó de preguntar cómo estaba, cómo iba la causa.
En segundo año de secundaria le dije a una profesora a la que le tuve la confianza: "tengo miedo de que vuelva a pasar". Ella me decía que denuncie. Yo sola.
Pero la profe de Inglés no solo me enseñó lo que dicen que es lo más valioso como otro idioma sino que me enseñó a ser fuerte, a que no hay que ser cómplice. Me enseñó que mi voz importaba, que no podía quedarme con ese dolor dentro. Que no estaba sola.
Esta no es una historia inventada, es una historia que salió en los medios, y ella, desde el anonimato sigue ahí viendo cómo estoy. Una verdadera docente que enseña más que un idioma. Que hace más que dar actividades o poner exámenes.
Fue quien dijo "yo te creo" y esto merece justicia. Fue la primera en no sentir miedo y hacer lo correcto.
Orgullosa de haber sido su alumna, de que siga trabajando, porque sé que si vuelve a pasar, podría cambiar la vida de un alumno/a. Nunca publiqué sus palabras pero creo que hoy es el momento. Porque no es solo mi voz. También fue la suya que no se pudo callar ante una injusticia.
Comentarios
Publicar un comentario