sábado, 16 de marzo de 2019

Señor juez

Señor juez, en tus manos deposito mi fe,
en tu decisión queda mi niñez,
deseo que pienses en la infancia,
mientras le pido a mi Ángel de la Guarda
que la justicia no sea un objeto más
que con dinero se pueda comprar.
La vida de los inocentes, señor juez,
la puede determinar tu palabra,
no quiero volver con mi abusador,
lo que me hizo me llenó de dolor.
No le creas a mis palabras,
sino a mis más sinceras lágrimas,
y si no, mira mi inocente mirada,
que día a día es opacada
por el miedo y el dolor.
Todos los días lo recuerdo,
el abuso sexual infantil,
es un crimen silencioso,
y sobre todo, doloroso,
y nunca debe quedar impune,
porque, señor juez,
en tus manos, está mi niñez.


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