sábado, 16 de marzo de 2019

Esperanza

Hay esperanza, sí, hay esperanza. No sos lo que quisieron poner en tu interior, no sos el miedo, ni la vergüenza, no sos el insomnio, no sos las pesadillas, no sos los malos recuerdos, no sos el abuso que sufriste. Levantate como el guerrero que sos, mirate en el espejo, a los ojos, no bajes la mirada, recordá a ese niño que eras, tenías sueños, metas, ganas de jugar, querías sonreír, ¿le dirías a ese niño que tuvo la culpa de lo que le pasó? sé que no. Ahora mirate de nuevo, fuiste ese niño inocente, que cayó en manos de una persona mala, pero estás de pié, con cicatrices, con secuelas que parecen que nunca se van a ir, pero estás. Ese niño no tuvo la culpa, vos no tuviste la culpa.

Devolvé todo lo que te lastima a quien le pertenece, al abusador. No hagas caso a las personas que dicen que simplemente lo olvides y no hables más de lo que te sucedió, hablá, contalo las veces que creas necesario para poder sanar, es tu momento de contar lo que sucedió y nadie puede silenciarte una vez más, si alguien no te cree, no importa, no necesitás su aprobación, tampoco sus palabras de aliento, solo hace falta que creas en vos, en que podés salir adelante, con eso basta. Sobreviviste a muchas cosas y estás acá, de pié, aunque te duela el alma, si llegaste hasta acá, no dejes que las secuelas te maten, hay esperanza. Porque cuando creíste que no podías más seguiste adelante, porque seguís acá, porque si estás leyendo esto es porque todavía hay mucho por hacer. No importa tu edad, no importa cuándo lo dijiste, si tardaste, si no pudiste gritarle en la cara la inmundicia humana que era, porque ahora solo estás vos y tu verdad. Quien te dañó ya no se enfrenta contra un niño pequeño, se enfrenta contra un guerrero, tu principal arma es tu palabra, no dejen que te la roben una vez más, no calles para no dañar a otros a costa de tu propia vida y salud física y mental. Hablar sana. Después de todo, merecés sanar.

1 comentario: