sábado, 16 de marzo de 2019

¿Niños de la calle?

Centro de Buenos Aires, agosto de 2018. Día del niño. Un día de tantos.

Me puse a jugar con tres hermanitos a las burbujas una vez que terminaron de tomar la chocolatada, el que más burbujas atrapaba se ganaba un juguete, (claro, ganaron todos). Corrieron, saltaron, se reían y yo también. Le enseñé a Mili a hacer malabares y jugamos al voley con una pelota súper chiquita, si no la llegábamos a atajar perdíamos un punto. Rogábamos que no se fuera a la calle. En su mente sabía cuántos puntos teníamos cada una, ella cinco y medio porque tocó la pelota pero se le cayó, ¡algo es algo!

Después de jugar y pasar un rato juntos nos despedimos, como diez veces. Mili me abrazaba una y otra vez y yo le acariciaba el cabello.
Los saludé desde lejos y vinieron corriendo los tres hermanitos, Mili me abrazó y el más pequeño también, me puse a su altura y les devolví el abrazo, Rodrigo seguía con ganas de tener algo del hombre araña y estaba algo triste, hasta que lo hice sonreír al decirle que seguro no me ganaba al atajar la pelota, se reía porque me ganó, nos despedimos nuevamente y se fueron a jugar con las burbujas no sin antes darme un beso y reírse porque tenían la boca llena de los dulces que les di.

¿Ves alguna diferencia entre el comportamiento de estos niños y el de tus hijos, sobrinos, nietos...? No lo creo, y es que a pesar de sus necesidades, todos son niños.
No son niños de la calle, son niños en situación de calle, la calle no los define, la calle nunca debe de ser su hogar, solo son niños con ganas de jugar, de ir a la escuela, de que sus padres les presten un poco de atención, son niños con necesidades y no solo de un hogar o comida sino de abrazos, pero son niños como cualquiera, niños que tienen sueños, ganas de crecer y estudiar.