viernes, 2 de agosto de 2019

Valeria cambió. (Cuento)

Valeria había cambiado. Ya no era la misma niña alegre, quizás tenía problemas en la escuela, o se peleó con alguna amiga, o le gusta algún chico y no sabe qué hacer, ya tiene doce años y la adolescencia es jodida...

No quiere comer, espero que no esté obsesionada con esas dietas absurdas que aparecen por Internet. Dice que se odia, que odia su cuerpo, a su edad es normal... se pasa horas llorando en su habitación, ay, ¡si habré sufrido por idioteces a su edad! piensan que el mundo se termina por cualquier cosa.
Hoy es domingo y para ella siempre fue el mejor día de la semana, participa en el coro de la iglesia. Ella va a una escuela religiosa y como cantar es una de sus actividades favoritas quedó en el coro para las misas. La semana pasada tuvo que confesarse con el cura de la iglesia, cada cierto tiempo va a la escuela y se queda con los niños un rato, me pregunto qué tanto tendrán que confesar.
No se quiere levantar de la cama, dice que odia cantar, ¡sí que son cambiantes los adolescentes! si hasta ayer soñaba con ser una gran cantante, por suerte yo no le hago caso. Pero se comprometió para participar del coro y tiene que cumplir, no voy a estar soportando sus tonterías. Tiene que aprender desde ahora lo que son las responsabilidades, si no, ¡qué le espera para cuando sea adulta!

Fue a misa obligada, en esta casa no se aceptan los berrinches, bien lo sabe.
La misa fue como siempre, el padre Carlos siempre trae enseñanzas que nos ayudan mucho, él es muy sabio, quizás me pueda ayudar con la conducta de Valeria.
Una vez que terminó la misa me acerqué a él para preguntarle qué puedo hacer, él solo sonrió y dijo que tuviera paciencia, que parece que se peleó con alguna amiga, si ya digo, ¡es lo único que puede confesar una niña de doce años!

Llegamos a casa y Valeria se quebró en llanto y fue a su habitación corriendo, ya enojada le exigí que me dijera lo que le pasaba, entre llantos y escondiéndose entre las sábanas de su cama Valeria me confiesa ahora a mí, lo que le estaba sucediendo: "el padre Carlos siempre me toca mis partes privadas y me lastima cuando me confiesa pero no te lo podía decir, ¡ahora Dios me va a castigar!"

No se trata de odiar a los sacerdotes, ni la iglesia sino de darnos cuenta de que los abusadores a veces se esconden bajo la sotana, bajo el nombre de "familiar", "amigo de la familia", no siempre son desconocidos que ofrecen dulces en la calle. Prestemos atención al comportamiento de los niños, no siempre es una etapa o es la adolescencia. No les gritemos cuando no entendemos qué les sucede, a veces son ellos quienes desean gritar lo que está pasando. La confianza es esencial para tener una buena comunicación.

8 comentarios:

  1. Que terrible¡¡¡ yo no confió en nadie¡¡¡

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  2. Qué difícil es confiar en alguien, muchas veces ni en mi sombra,no se el porque pero para mí es muy díficil y siempre estoy dudando de las personas que me rodean, y al tratarse de mi hija soy más desconfiada.

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  3. Yo no conozco confío en nadie, sufrí abuso por parte de una ex pareja mía, eso me tomo mi confianza años, no soportaba el roce de otras personas, ni siquiera los abrazos de mi mamá, todo comenzó a mejorar cuando conocí a mí ahora esposo y con el pude hablar de todo lo que me había pasado, pero ahora siendo madre el miedo vuelve a mi, no le puedo confíar mi hijo a absolutamente nadie externo a su padre, no quiero que le pase lo mismo que a mí, siendo varones les dicen que eso no pasa ☹️

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  4. Gracias, Mica, nos enseñas tanto, ojalá te entiendan todos. Te quiero.

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  5. Es muy difícil de dejar los malos recuerdos que marcan la infancia como e de los abusos, pero es mucho peor que le pase a tu hijo y sepas cómo se siente y no sabes cómo ayurdarlo, y echarte la culpa por el resto de tu vida "deciendote yo lo pase como no me pude dar cuenta los cambios de comportamiento en mi hijo" y te repetis esa cosas no pasan en la familia SI pasan cuando menos lo esperar como siempre dijimos con mi esposo "es una mochila con piedras" cada uno sabrá con el tiempo como llevarla

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  6. Yo era managuilla en la iglesia y llevaba a mis compañeras de escuela, como a mi me gustaba, y pronto dejaban de ir y un día me dijeron q el q le ayudaba al padre las tocaba en sus partes íntimas

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